martes, 6 de agosto de 2019

La empatía.

Cada uno de nosotros posee la habilidad de tener "empatía" con el otro, con mayor facilidad o dificultad dependiendo de cada persona. Para esto debemos conocer lo siguiente:

Las conductas altruistas: se ha demostrado que nuestro cerebro activa el funcionamiento de sectores para la angustia cuando escuchamos un grito angustioso de otro, pero además, se activan las zonas premotoras, que nos preparan para entrar en acción, para acudir en ayuda. Asimismo, si escuchamos un relato triste o alguien nos sonríe, se activan los circuitos cerebrales para la correspondiente emoción y al asociarse con áreas motoras, surge una respuesta adecuada a esa emoción.

Esta capacidad de compartir emociones y actuar en consecuencia, es producto de la actividad coordinada de las estructuras cerebrales. Los autores Preston y De Waal, citados por Daniel Goleman, señalan que “nuestra percepción nos prepara para la acción, ver nos prepara para hacer”, ver y sentir a los otros desencadena en cada uno de nosotros las mismas reacciones que la propia experiencia y nos impulsa a actuar hacia los otros.


Esto nos lleva a que la base de la empatía es:


Lo reconozco ➝ Siento lo mismo ➝ Actúo para ayudar



Esta forma de funcionar ha sido “perfeccionada” en la evolución de la especie humana, una de las neuronas que nos permite lograr la empatía son "las neuronas espejos"



Son neuronas descubiertas muy recientemente. Se han relacionado con el “contagio emocional”. Funcionan exactamente reflejando una acción que observamos en otro, generando una respuesta de imitación o el impulso de realizar la acción observada, todo ello en fracciones de segundo. 

Su actividad nos permite entender lo que le ocurre a los otros, no a través del razonamiento sino de los sentimientos, es decir, permiten, además, sentir como el otro. Su presencia se ha vinculado a la imitación de comportamientos, a la lectura de sentimientos y de la intención del otro, lo que tiene evidentes implicancias sociales. 

También se sabe que las neuronas espejo son esenciales para el aprendizaje en los niños, a través de la imitación, del aprendizaje estando con otros (los niños portadores de autismo tendrían fallas en este tipo de neuronas). 

En suma, las neuronas espejo crearían un enlace cerebro a cerebro, un estado de mutua resonancia, llamada “resonancia empática” que, en palabras de Daniel Stern, permitirían que “nuestros sistemas nerviosos sean captados por los sistemas nerviosos de los otros”, permitiendo que “nuestra vida mental sea co-creada en una matriz interconectada”

Referencia material: Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Psicología, Neurobiología del Buen Trato.