No tomes sus palabras como un ataque a tu persona, eso parte del crecimiento y desarrollo del menor.
No respondas de forma agresiva, no entres en un conflicto con ellos.
Cuando hay una mala contestación, hay que averiguar que quiso decir realmente detrás de esas palabras. Averiguar si le sucedió algo en la casa, molesto, o le desagrada algo; o si es un hábito aprendido. Pregúntale que le pasa y cuando responda, observar bien sus gestos y reacciones, y se podrá ver si lo que dice es lo que va sintiendo.
A la mala contestación, no hay que dar mayor importancia. El dar importancia es estar reforzando una dinámica que queremos erradicar. Cuando te conteste de mala manera, indícale que no es la forma, y si lo repite, ignora la acción, hasta que lo haga adecuadamente y con educación.
Le puedes decir lo siguiente: “me parece bien que me expliques lo que no te gusta, pero no puedes decirlo gritando o contestando mal, si lo haces así no te voy a escuchar. Estaré encantado de dialogar contigo y que me expliques tu opinión, pero cuando me hables con educación.” No le des mas vuelta al tema. Si se repite la acción, vuelve a explicar y aplica lo anterior mencionado.
Una cosa es ignorar las malas contestaciones pero no avalarlas, para ello no prestes atención a las mismas y haz que lo sepan: “ entiendo que no te guste esta norma o esta situación, pero no vamos a consentir que respondas mal”
Emplea algún tipo de correctivo que le haga reflexionar cuando tenga una mala contestación, como: llevarle a un lugar para que se "enfríe" y se calme, enseñarle que todo acto tiene consecuencias (no uso de celular, pc, etc.)
Se un modelo a seguir. Tu forma de actuar y hablar es el mejor ejemplo que puedes entregar al menor. Si se pide que responda y actué de forma correcta, debemos ser nosotros los primeros en realizarlo.
Si la contestación del menor lo realiza de una manera adecuada, con respeto, aunque este en desacuerdo con lo que le estamos diciendo, se debe poner atención y reforzar dicha contestación, por que es lo ha realizado de forma adecuada.
Debemos criticar la contestación mal realizada, y al menor hay que apoyarlo en sus quehaceres. No debemos hacer pensar al menor que lo rechazamos pero enseñarle que no se apoya lo que dice.
